De Instagram a Substack
Una comparación incómoda y cómo llevar a tus seguidores de Instagram a Substack.
De Instagram a Substack
Algunos siguen pensando que hay formas de utilizar Instagram que contrarrestan muchos de los inconvenientes en los que se centró gran parte del debate en enero del 2024, en que algunas respuesta a la conversación eran temas como listar razones para seguir en Instagram, o “formas de mantener la cordura en Instagram.”
En los meses transcurridos desde entonces, ha sido especialmente interesante observar cómo muchos usuarios de alto perfil que abandonaron Instagram han vuelto a la plataforma. A pesar de todos sus defectos, parece que Instagram todavía tiene algo valioso que ofrecer, e incluso algunos consideran que los puntos fuertes de Instagram pueden suplir algunas de las debilidades de Substack, y viceversa.
Algunas consideraciones, en este marco, son las siguientes:
Instagram y Substack pueden ser ambos lugares donde puedes nutrir tus redes, apoyarte mutuamente y recibir apoyo a cambio.
Substack ofrece la oportunidad de cobrar por tu trabajo.
PERO la audiencia mucho más amplia de Instagram puede ofrecer una rica fuente de nuevos lectores de los que pueden surgir esos suscriptores de pago, suponiendo que puedas conseguir que tus seguidores de Instagram se conviertan en lectores de Substack, algo que para muchos resulta difícil. En algún caso (en inglés), he leído que podría ser del 20-40% de los suscriptores gratuitos.
Substack es un lugar donde puedes explorar tus ideas sin limitaciones, sin las exigencias visuales de Instagram y libre de (algunos de) los ruidos
Instagram es donde puedes simplificar y presentar ideas. Las publicaciones pueden ser rápidas y sencillas, sin necesidad de la elaboración cuidadosa que exigen los contenidos largos. Ofrece una forma de «rastrear» tus pensamientos más profundos para atraer e invitar al público a participar en tus escritos más largos en Substack (o en tus libros).
¿Por qué es compleja la pregunta sobre cómo conseguir seguidores?
Nota: Esta sección procede del artículo "Cómo conseguir seguidores en Instagram", cuya autora, Melisa Avolio, nos ha permitido reproducir aquí:
“Porque no existe una única respuesta, y en el medio hay muchos vendedores de magia. Hay tantas estrategias como ideas habiten en los humanos. Porque lo que le funcionó a Billie (ver imagen), que es una artista consagrada, tal vez no tenga sentido en un negocio de mi barrio. No hay recetas únicas.
La pregunta también es compleja porque obedece a diferentes motivaciones: gente que quiere trabajar de influencer, personas que busquen validación social, creadores que quieran llegar con un contenido específico o solidario a una audiencia amplia. ¿Una ONG de personas refugiadas puede seguir la misma estrategia que un streamer de videojuegos? Tal vez, sí. Pero es imposible generalizar con una única respuesta.
Hay profesionales de marketing que crean planes muy buenos para sumar seguidores, el spoiler es que la receta no es mágica. Hay que ser consistentes y ese puede ser el punto de dolor. Podés tener ganas de hacer un video un día, pero el desafío que proponen las redes es publicar como mínimo una vez por semana.
Se trata también de saber-qué-hacer-y-estar-en-el-momento-correcto para lanzar algo que pueda tener alcance. Solo que después hay que mantener ese ritmo.”
A partir de aquí, otra vez sigue David:
Una comparación que no es necesaria
En otros contextos, te animaría a que nunca pensaras en tu escritura como un producto, PERO si estás tratando de que la gente se mueva de una plataforma a otra para leer lo que escribes, entonces creo que puede ser una comparación útil.
¿Por qué? Porque es difícil conseguir que la gente dé el salto de Instagram a Substack de la misma manera que es difícil conseguir que la gente haga clic en una tienda online.
El punto de partida es reconocer que desplazarse por Instagram es una acción que requiere poco compromiso, frente al alto nivel de compromiso que supone hacer clic en un sitio web desde la aplicación. Generar este impulso es difícil, sea cual sea tu nicho, producto o sitio web.
Hay que tener en cuenta por qué la gente está en Instagram: porque les gusta, porque quieren contenido breve, porque quieren evadirse con un scroll, porque no pueden evitarlo. Cuando intentas trasladarlos a Substack, estás luchando contra todo eso y más.
También es cierto que el número de personas que utilizan varias plataformas (salvo por trabajo) es relativamente pequeño. La mayoría de la gente es fiel o tiene preferencia por una plataforma de redes sociales a la que tiende a quedarse.
Y ahora añade la complicación adicional de pedir a la gente que se pase a una plataforma o aplicación que quizá no conozca bien. Según mi experiencia, Substack sigue teniendo un problema de reconocimiento de marca entre la población general de habla hispana (incluso entre los escritores).
Por último, si a todo esto le sumas la mecánica potencialmente confusa de la propia interfaz de registro (muchos encuentran muy confusos los diferentes niveles de suscripción cuando los ven por primera vez, entre otras cosas, como se explicó en una edición del Diario), es normal que te preguntes si alguien se atreve a dar el salto.
La realidad es que es muy poco probable que todos los que te siguen en Instagram se animen a leer tus ensayos en Substack, por muy brillantes que sean, pero hay cosas que puedes hacer para aumentar el número de personas que lo hacen.
Cómo llevar a tus seguidores de Instagram a Substack
Aquí tienes algunas ideas sobre cómo facilitar a tus seguidores de Instagram que se unan al espacio que estás creando en Substack. Estos textos los hemos recogido de la literatura pública (aka, propaganda) de Susbstack, así que tómatelos “con un poco de sal”. También los hemos traducido al español. Más abajo se describe un truco que, desde luego, no estará “bendecido” por Substack.
Actualiza el enlace de tu biografía. Indicar que tienes un newsletter y añadir un emoji en tu biografía lo deja muy claro a tus seguidores. Adam Ming enlaza a su Substack desde su biografía de Instagram.
Enlaza tu Substack en tus historias de Instagram. Graba un vídeo corto promocionando tu publicación más reciente o simplemente haz una captura de pantalla para compartirla en tu historia utilizando la herramienta Enlace, de modo que tus seguidores puedan acceder rápidamente a Substack y suscribirse sin salir de Instagram. Aquí, la ilustradora Liana Finck comparte una historia de Instagram sobre su Substack.
Añade pegatinas de Substack a tus historias. Solo tienes que buscar «Substack» en tus pegatinas de Instagram y encontrarás diseños personalizados de nuestro equipo para añadir a tus publicaciones.
Crea una historia destacada de Instagram para tu Substack. Cada vez que compartas una nueva publicación, hilo, podcast o cualquier otra cosa en Substack, compártelo en tus historias de Instagram. Mantener un archivo a través de las historias destacadas permite que tus publicaciones recientes de Substack ocupen un lugar destacado en tu perfil. Aquí está la newsletter destacada de Sarah Blondin.
¡Promociona tus publicaciones antes, durante y después de que se publiquen! Muchos escritores nos han dicho que esta estrategia les funciona bien:
El día antes de una publicación, adelántala en IG: «No te pierdas la publicación de mañana, donde revelaré XYZ». (publícalo en las historias y/o en el feed principal)
El día de la publicación, compártela en el feed principal y en las historias: «Hoy, en mi newsletter, comparto XYZ. Enlace en la biografía para leerlo ahora».
El día después de la publicación, incluye un «¿te lo has perdido?» en las historias o en tu feed principal con un enlace a tu Substack.
Haz una captura de pantalla de un extracto de tu publicación en Substack y compártela en tu feed. Resaltar citas o extractos de tus escritos que te enorgullecen y compartirlos en tu feed puede ser una forma eficaz de atraer seguidores. Recuerda dirigir a los seguidores a tu biografía para que lean la historia completa. Aquí están las publicaciones de Suleika Jaouad y Lisa Olivera.
Considera la posibilidad de configurar una respuesta automática con un enlace a tu Substack que la gente recibirá cuando te envíe un mensaje directo o simplemente incluye un enlace a tu Substack cuando respondas a las personas que te envíen mensajes directos:
No tengas miedo de mostrarte personal y recordar a la gente que así es como te ganas la vida. Habla de tu misión y de por qué ya no puedes ofrecer todo tu contenido de forma gratuita.
Cuando la gente haga preguntas en los comentarios, remíteles a tu Substack para que encuentren la respuesta. Un escritor compartió que, cada vez que los lectores le piden consejos específicos sobre estilo en los comentarios de Instagram, les remite a su Substack, donde pueden encontrar todas sus recomendaciones.
Etiqueta la cuenta de Instagram @SubstackInc para que Substack vea tus publicaciones y las comparta.
No mencionar la palabra “Substack” en tus publicaciones o historias
Nota: Obviamente, Substack nunca aconsejará esto.
Para algunos, no se trata tanto de que Instagram supuestamente bloquee la palabra o degrade el contenido que la utiliza, sino de lo familiarizada que está la audiencia (al menos la hispana) con Substack.
Incluso cuando la audiencia está compuesta en su mayoría por escritores y autores (por lo que se podría suponer que todos han oído hablar de Substack), el desconocimiento es grande. En alguna encuesta, el 50-70 % de los encuestados no había oído hablar de ello, o había oído hablar de ello pero no lo entendía realmente. Incluso me ha ocurrido con editores.
Esto significa que si les envío a «mi Substack», les estoy presentando inmediatamente un obstáculo que deben superar: «¿Qué demonios es un Substack?». Por eso es mejor utilizar «newsletter» o «boletín» en su lugar.
Tras cierta información para los (potenciales) lectores del Diario de Substack, vamos a describir algunas cosas relativas al impacto de IG y otras redes sociales en Substack, por cortesía de Martina Lopez.
🎤 Puedes obtener gratis la Formación IMPACTA
Como en otras ocasiones, el Diario de Substack ha a un acuerdo para que los lectores tengan acceso, mediante sorteo (gratis) entre todos los suscriptores, a un producto de pago de un creador de Substack. En la formación de Victor Millán, el afortunado fue Titonet.
Ahora ofrecen otro, de Cristina y Agustí, expertos en charlas TED.
NOTA IMPORTANTE: EL SORTEO SERÁ EL VIERNES POR LA NOCHE. Sino estás suscrito, hazlo ahora.
Formación IMPACTA: de la idea a tu mejor presentación (con BONUS 1-to-1)
Si alguna vez te has dicho “no sé ni por dónde empezar esta presentación”, o has sentido que tus ideas están bien… pero no sabes cómo contarlas, este curso es para ti.
IMPACTA es un recorrido guiado para construir tu mejor charla profesional: clara, ordenada, memorable. Lo imparten Cristina Juesas y Agustí López, organizadores TEDx con más de 300 oradores entrenados. Y sí, todo lo que aprendas podrás aplicarlo en tu próxima presentación (no dentro de 3 años).
Todo el contenido del curso está presentado en más de 3 horas de vídeo en formato conversación entre Cristina y Agustí. Nada de clases enlatadas ni voz en off con diapositivas: es una charla real, directa, práctica y sin rodeos. Además, cada módulo incluye ejercicios aplicados, materiales descargables, plantillas prácticas y una selección de charlas TED comentadas para que veas ejemplos concretos de lo que funciona (y por qué funciona). Lo aplicas todo sobre tu propia presentación, desde el primer minuto.
Y si eres de los 10 primeros, tienes acceso al BONUS: una sesión privada 1-to-1 con Cristina y Agustí. 60 minutos para revisar tu charla, resolver dudas, mejorar tus apoyos visuales y salir con todo pulido. Sin coste extra. Solo 10 plazas. Cuando se llenen, se cierra.
Esto es lo que vas a encontrar en el curso:
🎫 Módulos
MÓDULO 1: Aterriza tu charla, tu audiencia y tu idea clave
Definirás con precisión por qué hablas, para quién y qué mensaje debe quedarse grabado en su memoria.
Elegirás un foco: ni más datos, ni más tiempo. Más claridad.
Harás el mapa de ruta: contexto, canal y objetivo. Aquí empieza todo.
MÓDULO 2: Construye la estructura que lo aguanta todo
Aprenderás 3 modelos de estructura según el tipo de presentación que necesitas.
Ordenarás tu contenido para que fluya, se entienda y se recuerde.
Sabrás cuándo abrir fuerte, cuándo explicar y cuándo cerrar con impacto.
MÓDULO 3: Aplica storytelling, guion y diseño visual sin dramas
Bajarás a tierra el storytelling con sentido: metáforas que conectan, ejemplos que no aburren.
Redactarás tu guion con plantillas prácticas y frases que no se olvidan.
Diseñarás diapositivas que acompañan tu mensaje (y no lo sabotean).
MÓDULO 4: Ensaya como un pro y preséntalo con seguridad
Aprenderás a ensayar bien: sin memorizar, sin improvisar.
Trabajarás tu voz, pausas, ritmo y lenguaje corporal.
Sabrás cómo prepararte el día antes, una hora antes… y justo antes de salir.
MÓDULO 5: Mejora continua y feedback útil (de verdad)
Te llevarás herramientas para autoevaluarte, recoger buen feedback y convertirlo en mejoras concretas.
Nada de “estuvo bien”: feedback accionable, técnico y sin filtro.
🎁 BONUS: sesión 1-to-1 con Cristina y Agustí (solo 10 plazas)
Los 10 primeros en apuntarse recibirán una sesión de 60 minutos por videollamada para revisar su presentación real.
Lo vemos todo: tu guion, tus diapositivas, tu delivery. Sales con deberes claros, grabación incluida y un plan de mejora personalizado.
No es un Zoom grupal. Es una sesión solo contigo. Cuando se cubran las 10 plazas, el bonus desaparece.
Substack, ¿Para Escritores, para Influencers o para Todos?
Y lo que la hace realmente única frente a las demás redes sociales, para siempre.
En una entrevista de 2020, Chris Best (cofundador y director ejecutivo de Substack) declaró a The Verge:
«Queremos ayudar a que el mercado de la buena escritura crezca enormemente, para que se pueda crear mucha más».
En una entrevista de 2021, Hamish McKenzie (cofundador y director de redacción de Substack) declaró a The Bit:
«Lo que nos proponemos es restaurar el valor de la escritura en línea y provocar un renacimiento con mucha más escritura que en cualquier otro momento de la historia».
Y, vaya, sí que parece que hay «mucha más escritura que en cualquier otro momento de la historia». Desde hace unos pocos años, esta plataforma se ha convertido -al menos en su versión en inglés- en una forma muy buena para que las mujeres moneticen sus entradas de diario: las listas, los pensamientos aleatorios y los resúmenes (fáciles de escribir) de «lo que he estado haciendo» funcionan muy bien en este sitio. Substack está convirtiendo a todo el mundo en escritores, del mismo modo que Instagram convirtió a todo el mundo en fotógrafos, pero hay una gran diferencia: el espíritu emprendedor no formaba parte de la visión original de los fundadores de Instagram. De hecho, en una entrevista de 2019 con Stella Bugbee para New York Magazine, Kevin Systrom (uno de los cofundadores de Instagram) dijo:
«Al principio, cuando éramos pequeños, no había influencers. Creo que una vez que superamos, no sé, los 100 millones de personas, quedó claro que quizá se podía empezar a tener un negocio interesante solo con Instagram».
Mientras tanto, la declaración de intenciones de Substack es, ya desde hace un tiempo, pero ahora también en español:
“Substack sigue creciendo para dar cabida a más escritores, creadores de podcasts, realizadores de vídeos, músicos, científicos y artistas culturales de todo tipo, y creemos que juntos podemos construir un nuevo motor económico para la cultura. Las posibilidades que ofrece internet, en combinación con el modelo empresarial adecuado, se pueden aprovechar para crear la economía de medios de comunicación de mayor valor que el mundo haya conocido jamás: una economía en la que el valor se mide no solo en dinero, sino también en términos de calidad, discurso de buena fe y creación de un internet por y para la humanidad.”
Lo que significa que el objetivo de Substack, a diferencia de Instagram, Facebook, X/Twitter y TikTok, es que monetices tu contenido y/o que gastes dinero en el contenido de otras personas. Crear contenido con el objetivo de ganar dinero con él es diferente a crear contenido con el objetivo de conseguir «me gusta», y es diferente a crear contenido con el objetivo de ser creativo y conectar con otras personas. Me parece que el atractivo obvio de poder monetizar tus gustos, en lugar de publicar una carta probablemente más interesante sobre tu vida real, está dando lugar a un montón de Substacks muy, muy similares.
La Cuestión de la “Calidad”
Quizás es un problema de creación de contenido que vemos en todas estas plataformas: la gente ve que otros ganan mucho dinero con su yo «sin editar» y todos piensan: «Yo también soy así, lo que significa que yo también puedo hacerlo y mostrar mi vida real y auténtica», lo que deja al público inundado de contenido poco original e innecesario, copias exactas que son extremadamente superficiales y elementales, y el resultado puede ser que:
o te tragas todo ese contenido insulso (que es lo que claramente hace mucha gente),
o te agotas al ver que la falta de calidad y habilidad se convierte en la norma.
Es duro, pero algunos creen sinceramente que no todo el mundo puede hacer todo y que no todo el mundo debería intentarlo. O, dicho de forma más positiva, todo el mundo puede hacer cualquier cosa, pero debería esforzarse por hacerlo con una calidad que aporte algo. Y quizás, dentro del índice de contenidos para “crecer”, no ocupa suficiente espacio el enfoque en la calidad o, al menos, en ese subjetivo y no muy claro (como escribió hace un tiempo Rafa Castón, “que aporte valor”.
Incluso personas con experiencia escribiendo pueden caer en lo mediocre muy rápidamente. Todos los influencers empiezan con un nicho y, de repente, todo el mundo es influencer de viajes, comida y cuidado de la piel. Todo el mundo es experto. Es cierto que un periodista escribía sobre distintos temas sin ser experto (a diferencia de un profesor de economía, por ejemplo), pero estaba especializado muchas veces, contaba con fuentes y contactos, existía una revisión de uno o dos niveles, y también un departamento de “fact-checking”. La absoluta democratización de la escritura ya no parece necesitar esto.
La gente, a veces, solo busca inspiración para su estilo de vida al por mayor. Quizás porque a la escritura se la pone en un pedestal, cuando, en las redes sociales (y Notas lo es) no es más que otro medio de «expresión» y de monetizar, muchas veces, los sentimientos y la identidad del que escribe. Por supuesto que se puede hacer, y algunos -especialmente en la comunidad hispana- lo hacen con mucha elegancia.
En cuanto a poner la «escritura» en un pedestal, es muy real que antiguos influencers, desde hace un tiempo (al menos los que escriben en inglés), están añadiendo «escritor» a sus biografías de Instagram, ahora que tienen un Substack. Supongo que si, son escritores, si escriben. Pero quizás debería haber una distinción profesional, o de experiencia, o de calidad. O no. Porque:
Es cierto que subir videos a Youtube no nos hace cineastas. Pero ganar dinero o dedicar todo nuestro tiempo a escribir tampoco nos hace “profesional” necesariamente. Porque hay tantos ejemplos de escritores maravillosos que trabajaron casi toda su vida, o que no ganaron con sus letras para vivir.
La experiencia no es determinante. Hay personas que han nacido con el “don de escribir”, y otros de redactar con un razonamiento que ya quisiera yo.
La calidad es subjetiva. Podría decirse que la determina el mercado, y en este caso los libros “ligeros” son muchas veces los más vendidos. También que la determina su popularidad “en bruto” (¿y cómo medimos eso... en la viralidad en Wattpad o X/Twitter?). Incluso el alto rendimiento en círculos online especializados (Goodreads, Substack de ficción o no ficción, etc) no se traduce en calidad real: la escritura en Internet no siempre se ajusta a las exigencias de una novela o de un libro de no ficción extenso. Los seguidores en las redes sociales, e incluso el número de suscriptores) no se traducen en ventas de libros.
En relación a este último punto, incluso los ensayistas «serios» no pueden resistirse a la seducción de los “trucos” populares de Substack (lista de contenidos que consumo, citas de famosos, imágenes de lugares ideales, lista de cosas que me hacen feliz, lista de mis cafeterías o librerías favoritas): Es fácil y funciona bien. Y así, un escritor prometedor, que podría haber comenzado su Substack con ambiciones más serias, sigue -y lo entiendo- el camino más fácil y escribe para atraer tráfico. En parte porque es lo que piden los lectores.
Y no se trata sólo de Notas. Algunas de los artículos más populares en Substack han sido listas. Un ejemplo: Noah Smith (uno de los top en ingresos en negocios y economía de Substack) escribió hace un año un post sobre “Al menos cinco cosas interesantes para el fin de semana”, que tiene 276 “me gusta” y 131 comentarios. Pero que el título no nos engañe: El contenido era de noticias de economía, y los artículos de Noah están bien considerados.
Algunos, sin embargo, no les gusta encontrarse con un muro de pago en algún artículo que contiene básicamente 6 enlaces que ha leído esta semana o por su experiencia iniciando su último libro. Es decir, están de acuerdo en pagar, pero por algo que al autor le ha costado esfuerzo (los famosos están libres de este escrutinio). Muchas newsletters de pago parecen ideas de última hora o no están estructuradas de forma muy intencionada. Quizás sólo algunos creen que los productos editoriales requieren compromiso y deben estar bien diseñados.
Parece que Substack ha cambiado la cultura de los lectores que pagan por escribir, lo cual es, en general, algo muy positivo. Pero eso también lleva a esta necesidad de intentar monetizarlo todo, incluso cosas muy informales.
Por ejemplo: Parecía importar tuitear mucho entre 2011 y 2018. Imagina si esa estructura hubiera empujado a todo el mundo a cobrar por sus tuits (quizás los tuits merecían la pena, y no me cabe duda de que algunos si, y como muestra que, en algunos nichos, son la introducción de temas que luego se desarrollan un poco más en artículos de pago). De hecho, en agosto de 2024, Substack anunció que los usuarios ya pueden escribir y publicar a través de la aplicación Substack. En tal anuncio (la imagen de arriba fue la seleccionada), Hamish McKenzie escribió:
«Eso significa que todos los que forman parte del ecosistema Substack están ahora a solo un par de clics de compartir uno de sus escritos... Será fácil iniciar y gestionar un negocio de medios de comunicación desde tu teléfono. Si se te ocurre una idea para un artículo mientras te duchas, puedes estar ganando dinero con ella antes de desayunar».
Esto, claro, ayudó a exacerbar la tendencia a monetizar lo que, de otro modo, podrían haber sido tuits o... pensamientos.
Quizás la misión de Substack simplemente era hacer que sea muy fácil empezar a pedir dinero a la gente (ahora también sabemos que le importa más ser una red social).
¿Hay Sitio para Todos en Substack?
Otros, sin embargo, tienen la mentalidad de que «hay sitio para todos». Esto me lleva a los días en que los periodistas y los medios tradicionales criticaban a los influencers: por estar en la semana de la moda, aceptar acuerdos con marcas, etc. (Aunque es un poco gracioso, porque si avanzamos 5 o 10 años, ahora hay muchos periodistas que han creado sus propias cuentas, publican contenido patrocinado y hacen lo mismo. Pero nunca viste a los influencers lamentarse de los periodistas que convirtieron sus cuentas en redes sociales en un negocio. Les dieron la bienvenida - Substack dedica tiempo y recursos ha “captarlos”. Una vez más, hay sitio para todos).
Substack, para muchos influencers (o blogger o creador o cualquier término vergonzoso que queramos llamarlo), ha sido un respiro del caos constante de Instagram. Es un lugar donde pueden escribir, ser más abierto y honesto, sin preocuparme por alimentar constantemente a la bestia del contenido, etc. Algunos insisten (y hay más sobre esto) que les recuerda mucho a los primeros días de los blogs). Y con Substack no se preocupan que el algoritmo muestre su contenido, porque tienen algo que sienten como suyo: su lista de correo.
Muchas de esas personas no se consideran escritoras (en realidad, a veces, por miedo a determinados artículos, o por la forma en que los periodistas pueden ser tan condescendientes con quienes no proceden de los medios de comunicación tradicionales), pero escriben. Mucho. Pero, en realidad, ¿qué es lo que hace a alguien escritor? Esto ya se ha mencionado.
Algunas audiencias o públicos paga por pequeñas y tontas «listas» y «entradas de diario», en buena parte porque el que las escribe ha pasado muchos años construyendo una comunidad, y dedicando mucho trabajo a mantenerla. A esa audiencia les importa la vida y el punto de vista del autor. Quieren saber qué libro está leyendo, qué películas le gustan, qué nuevas marcas ha descubierto. Y siguen volviendo.
Es cierto que hay aquí muchos influencers que están tratando de construir una “plataforma” (audiencia propia) y hacer crecer su comunidad, quizás huyendo de otros lugares, en Substack. Muchos influencers han llegado a donde están hoy gracias a sus escritos, y su trabajo (incluyendo curar contenidos y responder a cada uno de los mensajes directos que reciben. Es cierto que algunos sienten frustración al ver a un influencer poner un muro de pago para sus outfits (de hecho, muchos no lo hacen), pero ¿realmente importa? Los influencers que se están uniendo a Substack traen consigo a sus seguidores. Para algunos (no está tan claro), es probable que esos seguidores paguen por otros Substacks, quizá incluso por los de otros «ensayistas serios».
Substack, Plataforma para Todos
Substack es una plataforma muy amplia, con un espacio creado intencionadamente para una gran variedad de contenidos (artículos, ensayos, poesía, entradas de blog, etc.), y parte de tener una plataforma tan abierta es que vas a tener que filtrar mucho contenido que no te gusta para llegar a lo que te interesa.
Para algunos, es mucho mejor que alguien escriba mal a que no escriba nada. Siempre es mejor tener un escritor más en el mundo, e invitar a más gente a probar suerte siempre generará más innovación, atención y apoyo a la industria de la escritura. Publicar artículos en Substack no obliga a nadie a leerlos (No es el caso de Notas)
Es importante mantener y valorar los estándares literarios, pero ese argumento debería dirigirse a la industria editorial, que elige qué narrativas y estilos producir y financiar como «norma» de la escritura. Substack es una plataforma pública y gratuita con espacio para todos, y hay sitio más que suficiente para diferentes tipos de escritura con una variedad de estilos, perspectivas, motivaciones y estándares.
Lenguaje que «Funciona»
Desde hace muchos años (quizás desde el nacimiento de los blogs) hay personas que publican mucho sobre sí mismas en Internet. En muchos casos, era fácil distinguirlas, tenían cosas peculiares, casi únicas. Hoy en día, apenas puedo distinguir a nadie. Muchos de los autores de Substack utilizan palabras grandilocuentes y figurativas que no tienen mucho sentido en un intento por hacerse virales, lo que en esta plataforma significa conseguir suscriptores, notas y comentarios. Es como si existiera un lenguaje de las redes sociales (o, por extensión, de Internet en general) que «funciona» para generar engagement (lenguaje literal, pero también sentido del estilo y una serie de temas en tendencia que tocar), pero todo se coagula y crea un Internet aburrido y blanqueado. La IA multiplicará esta “sosez”.
Escribir de Forma Vulnerable: Substack como un Diario
Por otro lado, muchas personas que están llegando a esta plataforma sienten la necesidad, muchas veces, de escribir sobre experiencias vitales difíciles por varias razones (buscar la solidaridad con los demás, querer procesar los propios sentimientos. En su boletín, como hacen en su diario personal (o utilizan Substack como su diario personal), escriben para conectar, reflexionar sobre el sentido de su vida, o para curar heridas personales. Claro, estas razones a menudo se mezclan y se superponen.
Sin embargo, algunas temen ofrecer un acceso excesivo a su vida personal. Por ello, he visto algún ejemplo de poner muros de pago a lo que es muy personal (un click más, una barrera añadida). Pero ello podría defraudar a sus suscriptores, que quizás esperan «buena escritura» cuando en realidad no es más que una confesión incómoda, una expulsión autocomplaciente de lo que preocupa y merodea por la cabeza del autor. (En cierto sentido, todo esto son reflexiones que necesitaba pudieran salir algún día).
Creo que hay que señalar aquí que muchos lectores de Notas han hecho sentir su hartazgo del uso “abusivo” de la red social (no de los artículos) como extensión del diario personal. Muchas notas de este tipo son populares, pero dejan indiferentes a otros muchos, que se preguntan qué interés tienen en conocer el último “helado” que ha comprado alguien a quien ni siquiera conocen.
El “nuevo Tumblr”
En relación a todo ello, me ha sorprendido ver tantas Notas en que se añoraba Tumblr, o se comparaba con esta plataforma (el “nuevo Tumblr”). Incluso de periodistas famosas.
Quizás algunas mujeres millennials piensan que echan de menos Tumblr, pero en realidad echan de menos un momento concreto de anonimato y creación en Internet (podría haber sido “blogger”, que por cierto también se extraña o es comparado con Substack).
Algunas señalaron que en Tumblr podías ser “absolutamente ridícula” y cambiar de tono muy rápido (a diferencia de otras plataformas). Pero Substack es más que una reencarnación de Tumblr: Ahora la gente gana dinero publicando como antes en Tumblr. Es quizás esa la magia de Substack: Monetizar lo que antes sólo era un instrumento de expresión personal.
El fantasma de Tumblr ha estado vagando por Internet durante los últimos diez años y se ha instalado en Substack.
Los «Consultores de Marca»
Desde el boom de las inversiones de 2021, muchos antiguos «consultores de marca» (a veces, «navaja suiza» o “director creativo”) han encontrado una fuente de ingresos más fructífera (sin el agotamiento mental de los fundadores locos y los equipos de marketing desorganizados) al reinventarse como escritores en Substack. Esto se consigue mediante suscripciones de pago, enlaces de afiliados, anuncios o, en la mayoría de los casos, una combinación de los tres.
Si escribes un newsletter (aunque sea principalmente enlaces de afiliados o listas que podrían haber sido tuits), eres escritor, si no para nadie más, al menos para Substack, y para tus seguidores/suscriptores. Quizás no es necesario nada más.
El artículo original de Martina:
No tengo un montón de seguidores, pero la mayoría vienen de Substack, a pesar de publicitar en Instagram
Un artículo muy completo, David 👌🏻👌🏻👌🏻👌🏻👌🏻👌🏻