Relaciones Internacionales: Newsletters

Boletines vivos sobre relaciones internacionales y la geopolítica en español.

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Política Exterior, Geopolítica y Relaciones Internacionales: Newsletters

Tradicionalmente, las relaciones internacionales (RRII, o RI) se referían al estudio de los asuntos exteriores y la interacción política entre Estados. Hoy en día, este campo abarca todo el complejo de relaciones culturales, económicas, jurídicas, militares y políticas de todos los estados y las poblaciones que los componen, así como los actores no estatales y las organizaciones internacionales. La investigación y el análisis en este campo tienen un importante impacto en nuestra comprensión del pasado y de los acontecimientos actuales. Es imperativo que los lectores interesados y profesionales se mantengan al día de las nuevas investigaciones, las nuevas interpretaciones y las nuevas ideas teóricas.

La guerra, la diplomacia y los asuntos exteriores perforan nuestras noticias a diario: desde la invasión rusa de Ucrania hasta los acuerdos comerciales posteriores al Brexit. El estudio formal de las relaciones internacionales trata de dar sentido a estos fenómenos.

No es sorprendente que, dado su peso preponderante política y económicamente, el papel de Estados Unidos en los asuntos mundiales goce de la atención correspondiente en algunas newsletters sobre política exterior y relaciones internacionales.

Estatus

Estudiosos de distintas tradiciones de la ciencia política y las relaciones internacionales (RI) coinciden en que el estatus -posición o rango en una jerarquía- es un elemento crítico de la política internacional. Tiene tres atributos críticos -es posicional, perceptivo y social- que se combinan para hacer que la posición de estatus de cada actor sea una función de las creencias colectivas de orden superior de una determinada comunidad de actores. El término se utiliza habitualmente de dos formas. La primera se refiere al estatus en su sentido más puramente posicional: la posición, el rango o la posición de un actor en una jerarquía. La «comunidad de estatus» se define como una jerarquía formada por el grupo de actores con los que un Estado se percibe a sí mismo como competidor. «Rango» es la posición ordinal de una persona y viene determinada por las creencias colectivas de los miembros de esa comunidad.

El estatus ha sido durante mucho tiempo objeto de estudio de las relaciones internacionales, remontándose (al menos) a los inicios del «estudio científico de las relaciones internacionales» que se desarrolló en la década de 1960. Desde entonces, dos líneas de trabajo diferentes -la teoría de la inconsistencia del estatus y la teoría de la identidad social- han proporcionado el marco teórico básico para gran parte de la investigación empírica realizada desde entonces. Tras la oleada inicial de investigación de los años 60 y 70, los estudiosos de las relaciones internacionales parecieron alejarse del tema durante unas décadas. Sin embargo, en los últimos años se ha producido un renacimiento del estudio del estatus, con nuevos trabajos que traspasan las fronteras metodológicas y epistemológicas.

Relaciones Internacionales y Jerarquía

En las relaciones internacionales, la jerarquía se entiende de dos formas relacionadas. En el uso más general, la jerarquía se refiere a cualquier orden jerárquico, más comúnmente conceptualizado en las relaciones internacionales como clasificaciones de estatus. En un uso más restringido, la jerarquía se refiere a las relaciones de autoridad en las que un estado dominante establece normas o posee más o menos autoridad sobre uno o más estados subordinados. Así definida, la jerarquía en las relaciones internacionales es el antónimo del concepto más común de anarquía (ver más adelante). Esta sección se centra en el segundo concepto, más restringido, de jerarquía. El uso más amplio se examina más arriba.

Por supuesto, ha habido sistemas internacionales históricos estructurados por jerarquías, como el Imperio Romano y China, examinados por los estudiosos de las relaciones internacionales por su propia dinámica o como contraste con el sistema internacional actual.

Sin embargo, desde la Paz de Westfalia en 1648, el sistema internacional europeo y, a través de la difusión de normas y prácticas, el sistema mundial, se han entendido como caracterizados por la anarquía, o la ausencia de cualquier autoridad superior al estado-nación. Aunque no discuten que el sistema internacional actual en su conjunto sea anárquico, los estudiosos contemporáneos de la jerarquía internacional afirman que es una falacia de composición suponer que lo que es cierto para el sistema también debe serlo para sus partes. Más bien, esta literatura emergente admite relaciones de autoridad entre Estados a nivel de díadas o, a veces, de regiones. La jerarquía es una forma de poder, pero difiere del poder como coacción tal y como se entiende en las teorías de la política internacional.

Muchos estudios sobre relaciones internacionales sitúan el poder en el centro de sus análisis, considerándolo el principal determinante de la diplomacia internacional y de los resultados de las negociaciones. Sin embargo, la autoridad implica algo más que la capacidad de coaccionar o incluso de crear incentivos para que los Estados modifiquen su comportamiento. Más bien, la autoridad implica un «derecho a gobernar» en el que los subordinados aceptan que el estado dominante puede regular legítimamente ciertas acciones limitadas, que tienen la obligación de cumplir siempre que sea posible dichas regulaciones y que el estado dominante tiene derecho a hacer cumplir sus regulaciones en caso de incumplimiento. De este modo, la autoridad constituye una relación social en la que tanto los estados dominantes como los subordinados reconocen deberes y obligaciones limitados. En la actualidad ha surgido una importante literatura que pretende explicar cuándo y cómo surge la jerarquía entre estados, cómo funciona y con qué consecuencias. Algunos boletines examinan los sistemas internacionales históricos que estaban organizados jerárquicamente de forma más clara.

Se ha supuesto que las relaciones internacionales se caracterizan por la anarquía o las relaciones políticas de igualdad formal entre los estados.